Un cronopio iba a lavarse los dientes junto a su balcón, y poseído de una grandísima alegría al ver el sol de la mañana y las hermosas nubes que corrían por el cielo, apretó enormemente el tubo de pasta dentífrico y la pasta empezó a salir en una larga cinta rosa. Después de cubrir su cepillo con una verdadera montaña de pasta, el cronopio se encontró con que le sobraba todavía una cantidad, entonces empezó a sacudir el tubo en la ventana y los pedazos de pasta rosa caían por el balcón a la calle donde varios famas se habían reunido a comentar las novedades municipales. Los pedazos de pasta rosa caían sobre los sombreros de los famas, mientras arriba el cronopio cantaba y se frotaba los dientes lleno de contento. Los famas se indignaron ante esta increíble inconsciencia del cronopio, y decidieron nombrar una delegación para que lo imprecara inmediatamente, con lo cual la delegación formada por tres famas subió a la casa del cronopio y lo increpó, diciéndole así:-Cronopio, has estropeado nuestros sombreros, por lo cual tendrás que pagar.Y después, con mucha más fuerza:-¡Cronopio, no deberías derrochar así la pasta dentífrico
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
muy creativos esos cuentos...bacano el trabajo ilustrativo
ResponderEliminarlos cuentos....
ResponderEliminarparte de inspiración de los creativos...
linda ilustraciòn
ResponderEliminary que buenos cuentos
¡¡¡bien!!!!
una historia interesante fuera de lo comun , diferente a lo real y nomral , algo fuera de lo comun pero a su ves muy interesante
ResponderEliminar