Un cronopio que anda por el desierto se encuentra con un león, y tiene lugar el diálogo siguiente:León.-Te como.Cronopio (afligidísimo pero con dignidad).-Y bueno.León.-Ah, eso no. Nada de mártires conmigo. Échate a llorar, o lucha, una de dos. Así no te puedo comer. Vamos, estoy esperando. ¿No dices nada?El cronopio no dice nada, y el león está perplejo, hasta que le viene una idea.León.-Menos mal que tengo una espina en la mano izquierda que me fastidia mucho. Sácamela y te perdonaré.El cronopio le saca la espina y el león se va, gruñendo de mala gana:-Gracias, Androcles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
demasiado particular el cuento pero interesante....al igual q los dibujos
ResponderEliminar